En matemáticas, lógica, ciencias de la computación y
disciplinas relacionadas, un algoritmo (del griego y latín, dixit algorithmus y
este a su vez del matemático persa Al-Juarismi) es un conjunto prescrito de
instrucciones o reglas bien definidas, ordenadas y finitas que permite llevar a
cabo una actividad mediante pasos sucesivos que no generen dudas a quien deba
hacer dicha actividad. Dados un estado inicial y una entrada, siguiendo los
pasos sucesivos se llega a un estado final y se obtiene una solución. Los
algoritmos son el objeto de estudio de la algoritmia.
En la vida cotidiana, se emplean algoritmos frecuentemente
para resolver problemas. Algunos ejemplos son los manuales de usuario, que
muestran algoritmos para usar un aparato, o las instrucciones que recibe un
trabajador por parte de su patrón. Algunos ejemplos en matemática son el
algoritmo de multiplicación, para calcular el producto, el algoritmo de la división
para calcular el cociente de dos números, el algoritmo de Euclides para obtener
el máximo común divisor de dos enteros positivos, o el método de Gauss para
resolver un sistema de ecuaciones lineales.
En general, no existe ningún consenso definitivo en cuanto a
la definición formal de algoritmo. Muchos autores los señalan como listas de
instrucciones para resolver un cálculo o un problema abstracto, es decir, que
un número finito de pasos convierten los datos de un problema (entrada) en una
solución (salida). Sin embargo cabe notar que algunos algoritmos no
necesariamente tienen que terminar o resolver un problema en particular. Por
ejemplo, una versión modificada de la criba de Eratóstenes que nunca termine de
calcular números primos no deja de ser un algoritmo.
A lo largo de la historia varios autores han tratado de
definir formalmente a los algoritmos utilizando modelos matemáticos. Esto fue
realizado por Alonzo Church en 1936 con el concepto de "calculabilidad
efectiva" basada en su cálculo lambda y por Alan Turing basándose en la
máquina de Turing. Los dos enfoques son equivalentes, en el sentido en que se
pueden resolver exactamente los mismos problemas con ambos enfoques. Sin
embargo, estos modelos están sujetos a un tipo particular de datos como son
números, símbolos o gráficas mientras que, en general, los algoritmos funcionan
sobre una vasta cantidad de estructuras de datos. En general, la parte común en
todas las definiciones se puede resumir en las siguientes tres propiedades
siempre y cuando no consideremos algoritmos paralelos.
Tiempo secuencial. Un algoritmo funciona en tiempo
discretizado –paso a paso–, definiendo así una secuencia de estados
computacionales por cada entrada válida (la entrada son los datos que se le
suministran al algoritmo antes de comenzar).
Estado abstracto. Cada estado computacional puede ser
descrito formalmente utilizando una estructura de primer orden y cada algoritmo
es independiente de su implementación (los algoritmos son objetos abstractos)
de manera que en un algoritmo las estructuras de primer orden son invariantes
bajo isomorfismo.
Exploración acotada. La transición de un estado al siguiente
queda completamente determinada por una descripción fija y finita; es decir,
entre cada estado y el siguiente solamente se puede tomar en cuenta una
cantidad fija y limitada de términos del estado actual.
En resumen, un algoritmo es cualquier cosa que funcione paso
a paso, donde cada paso se pueda describir sin ambigüedad y sin hacer
referencia a una computadora en particular, y además tiene un límite fijo en
cuanto a la cantidad de datos que se pueden leer/escribir en un solo paso. Esta
amplia definición abarca tanto a algoritmos prácticos como aquellos que solo
funcionan en teoría, por ejemplo el método de Newton y la eliminación de
Gauss-Jordan funcionan, al menos en principio, con números de precisión
infinita; sin embargo no es posible programar la precisión infinita en una
computadora, y no por ello dejan de ser algoritmos. En particular es posible
considerar una cuarta propiedad que puede ser usada para validar la tesis de
Church-Turing de que toda función calculable se puede programar en una máquina
de Turing (o equivalentemente, en un lenguaje de programación suficientemente
general).
Aritmetizabilidad. Solamente operaciones innegablemente
calculables están disponibles en el paso inicial.
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